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Abandona a su hijo de 35 años a las puertas de un convento porque no lo puede mantener

SE LE BUSCARÁ UNA CASA DE ACOGIDA PARA TREINTAÑEROS DESAMPARADOS

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Las monjas del convento de María Inmaculada, ubicado en la calle San Nicolás de Murcia, han encontrado esta misma mañana a un hombre de 35 años que había sido abandonado a las puertas de sus instalaciones. Tras el hallazgo, las monjas avisaron a los servicios sanitarios del 112, cuyos miembros constataron que el hombre se encontraba «en perfecto estado de salud».

El pequeño ha sido encontrado esta mañana a las seis, cuando una de las monjas ha oído golpes en la puerta y ha visto en el suelo a un hombre perfectamente vestido que le ha dado los buenos días, le ha saludado diciendo «Alfonso, para servirla» y le ha explicado que había sido abandonado por su mamá.

Al parecer, la madre ha renunciado a la tutela de su hijo treintañero debido a las graves dificultades económicas que atraviesa la familia y porque asegura que no puede hacerse cargo de él. Confía, según ha podido saber la prensa, en que otra familia pueda acoger a su hijo y «terminar de criarlo como él se merece».

15 treintañeros abandonados por sus padres en 2013

En lo que va de año, 15 personas han sido abandonadas por sus progenitores, que renuncian a hacerse cargo de los pequeños. Los padres, desesperados, ven que no van a poder seguir atendiéndoles y los depositan en lugares donde saben que alguien puede encontrarlos, ya sean conventos, hospitales e incluso contenedores de basura.

Hace una semana, Manuel Soro, de 23 años, relató a Europa Press que, mientras realizaba tareas de albañilería en una casa de Barcelona, bajó a la calle para tirar una bolsa de basura al contenedor y al acercarse oyó llorar a un hombre. «Al abrirlo vi a un tipo envuelto en una manta, vestido como un señor. El pobre estaba todo mojado y me dijo que tenía hambre», explicó. El hombre se llamaba Raúl Bonet, de 38 años, y había sido abandonado por sus padres.

«Llamé a un compañero, cogimos al hombre y lo tapamos con una chaqueta porque tenía frío y lo metimos en la furgoneta, luego avisamos a una ambulancia que vino de inmediato», explica Manuel. Estuvieron charlando de fútbol y compartiendo un cigarrillo mientras llegaba la ambulancia.

Manuel ahora está iniciando los trámites para adoptar al hombre de 38 años que encontró en la basura «porque siento que le salvé la vida y que ahora es mi responsabilidad, pese a que tiene 15 años más que yo. Pero bueno, yo al menos tengo trabajo».

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