El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se dirigió ayer por la mañana a su despacho al recibir una llamada de su secretaria, que le informó de que alguien había dejado unos paquetes a su nombre en la sede principal de la entidad.
Tras el análisis de los artificieros, que descartaron que se tratara de artefactos explosivos, Goirigolzarri procedió a abrir los envoltorios y encontró nada menos que 10.700 millones de euros del Estado para cubrir el agujero de la institución que preside. Los Reyes Magos dejaron también una nota en la que piden a Giorigolzarri que modere su ilusión y no lo invierta todo «en tonterías».
Goirigolzarri: «Nos ha gustado el regalo y por tanto no lo vamos a devolver»
«Será que hemos sido buenos», bromeó el ejecutivo al tiempo que agradecía a los españoles «que hayan hecho un hueco para nosotros en sus cartas a los Reyes». El presidente aseguró asimismo que el regalo «nos ha gustado mucho y por tanto no creo que lo vayamos a devolver», y de hecho adelantó que los 10.700 millones se inyectarían de forma inmediata para convertir en positivos los actuales números rojos del patrimonio de Bankia. «Queremos empezar a probar el regalo cuanto antes y esta vez lo tendremos controlado para no perderlo», prometió.
Las cámaras de seguridad muestran, efectivamente, la entrada de una de Sus Majestades -sin corona pero con gafas y una barba blanca, tratándose probablemente de Gaspar- a las instalaciones de la entidad bancaria. El rey llegó en un coche oficial y estuvo rodeado en todo momento de pajes vestidos de guardaespaldas.
«El regalo no es solo una cifra sino también la lección de unidad y espíritu solidario que nos llevará a salir de la crisis», declaró a primera hora de la tarde el presidente Mariano Rajoy, visiblemente cansado «por una jornada de ilusión y de nervios».
Rodrigo Rato, muy nervioso en su primer día en Telefónica
También con nervios vivió el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, la víspera de su incorporación a Telefónica en calidad de consejero asesor. «El primer día siempre es duro porque no conoces a nadie. Me han hablado de las novatadas que se hacen en la empresa y, quieras o no, estas cosas afectan», explicó ayer a los medios. Las novatadas en Telefónica son, efectivamente, una de las tradiciones de sus empleados, que acostumbran a recibir a sus nuevos compañeros practicándoles el «cascanueces», consistente en agarrar a la víctima y empotrar sus genitales contra una farola. Fuentes de la empresa reconocen que con Rodrigo Rato «se quiere organizar algo especial».
«Los del 1004 tienen fama de ser muy bestias, tienen mucha experiencia minando a la gente psicológicamente para que no se dé de baja», sentenció Rato, que no descarta acudir a la oficina con guardaespaldas «aunque se rían de mí». De hecho, esta misma mañana, ha recibido una llamada del 1004 «y al responder solo he oído unos gemidos muy inquietantes».
