Un sofá de tres plazas, en perfecto estado, sin una sola mancha y con un estampado floral que hace pensar que es de tiempos pretéritos, ha aparecido mágicamente bajo una sucia y vieja funda de sofá que presidía el salón del domicilio de Rosario Garcés.
El «casual y feliz hallazgo» tuvo lugar el pasado martes, cuando Alejandra, la hija de 14 años de Rosario, estaba jugando con el gato y encontró bajo la tela de la funda un fragmento del estampado floral. Pronto hizo partícipe del hallazgo a su madre, y juntas tiraron de la tela para dar con el tresillo. «Solo Dios sabe cuánto tiempo llevaba allí, esperando que alguien lo encontrara», explica Rosario.
«Hemos estado mucho tiempo engañados viviendo una realidad sucia y pestilente que no nos correspondía»
«Que yo sepa, la funda lleva ahí toda la vida. No tenía ni idea de que teníamos cosas tan nuevas en casa», explica la adolescente. Su madre, sin embargo, sí dice tener «ciertos vagos recuerdos» de un sofá de flores. «Me suena un poco el estampado… pero se me pierde en la neblina de la memoria. Poco a poco he debido de ir olvidándolo hasta hacerlo desaparecer de mi mente».
De hecho, Rosario no se explica cómo ha podido pasarle inadvertido durante tanto tiempo. «En algún momento debí de ponerle una funda al sofá original hasta el punto de que lo olvidamos y le pusimos una segunda funda. Así que, para nosotros, esa primera funda era nuestro sofá. Hemos vivido una ilusión y una mentira», dice la mujer. «Con distintas capas de realidad. Como en Matrix, pero con sofás», añade la hija.
Una zona por explorar
Según señala Alejandra, el sofá podría ser solo «la punta del iceberg», dado que al analizar el sofá ha encontrado también «algunas monedas de a duro que podrían tener algo de valor hoy en día». La chica, animada con el hallazgo, ha continuado investigando en su casa hasta encontrar también una cubertería completamente nueva que la familia no ha usado y un juego de toallas «que aún están suaves y tienen bordados, no como las que usamos a diario».
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Descubren una fachada recién pintada debajo de un andamio
El hallazgo de Rosario Garcés, que hace ya algunos años sorprendió a la comunidad arqueológica al albergar en su hogar varios pergaminos egipcios protegidos, parece que no va a ser el único de esta semana: esta misma mañana, varias fuentes han informado de que se ha descubierto una fachada recién pintada bajo un andamio. «No sé qué ha pasado, yo te juro que antes ahí había un edificio de color rosa que se caía a pedazos y no este lujoso bloque color ocre», comenta una vecina del barrio, que confiesa que a lo largo de todo el día han tenido lugar varios sucesos extraños en el vecindario. «Mismamente, esta mañana he metido dos rebanadas de pan en una tostadora y luego, al volver a mirar, lo que había eran dos tostadas. ¿Dónde irá todo ese pan? Hay cosas que es mejor no preguntarse», concluye.
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