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Inventan un robot que pide en el metro

SE USARÁ PARA RECAUDAR FONDOS PARA ESTUDIOS CIENTÍFICOS

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Investigadores japoneses de la Universidad de Osaka presentaron el sábado un robot humanoide especialmente programado para pedir limosna en el metro. Para ello, el Donsimon 3000 es capaz de expresar emociones y soltar un increíble relato de degradación personal cada vez que cambia de vagón. «Le hemos implantado recuerdos de una vida anterior, de modo que, si te pones a hablar con él, enseguida te suelta la chapa de que había sido director de una empresa, que su mujer le dejó… Todo muy creíble. Aunque solo tiene dos meses de vida, él cree que tiene cincuenta años y tres niños a su cargo. También es alcohólico… o eso cree», explica el ingeniero a cargo del proyecto.

Como no querían conformarse con el hecho de que extendiera la mano y soltara un discurso, el Donsimon 3000 es el primer robot capaz de sentir vergüenza. Durante la demostración, el androide -con un aspecto desaliñado y vestido con pantalones de táctel y una vieja camiseta de las Tortugas Ninja- explicó a voz en grito a los periodistas que tiene tres hijos a su cargo y que lamenta verse en esa situación, pero que lo hace por necesidad. Al acabar su convincente discurso fue paseándose entre los presentes alargando una mano temblorosa mientras susurraba, con una divertida voz de 8 bits, «por favor, por favor, gracias, gracias, Dios se lo pague». Los periodistas allí presentes se sintieron tan incómodos que tuvieron que fingir que estaban enfrascados en sus notas o que dormían.

En el caso remoto de que hubiera una guerra nuclear, el androide tendría autonomía para seguir vendiendo La Farola durante 200 años.

«Para que se sienta tan mal lo único que tuvimos que hacer fue instalarle Windows Vista»

«Instalándole Windows Vista no solo conseguimos que se sienta un desgraciado sino que sea incapaz de conseguir un trabajo y escalar socialmente», explica el ingeniero. «No podemos predecir qué ocurriría si un robot alcanzara puestos de influencia, por eso hemos apostado por crear un androide que pide en el metro: nadie hace caso a la gente que está en esa situación, sean personas, rumanos o robots. Además, todo lo que recauda lo usamos para financiar investigaciones».

El equipo está trabajando también en un robot con síndrome de Diógenes que busca en la basura y vive rodeado de gatos. Gatos también robóticos que huelen mal y molestan a los vecinos con el ruido.

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