El Observatorio de la Mujer está de enhorabuena. Pese a los recortes del Gobierno, ha logrado hacerse con un nuevo telescopio de 6’5 metros de diámetro destinado a mejorar sus tareas de observación a larga distancia. El artefacto supera con creces el alcance del telescopio anterior, que se adquirió en 1987. «Ese primer telescopio se compró cuando el Observatorio era fiel a su nombre y observaba solo a una única mujer. Cuando falleció la mujer a la que observaba el Observatorio de la Mujer, el abanico se amplió y actualmente estamos observando diariamente a 10 o 15 señoras desde nuestra sede en Madrid. Las pobres no lo saben, pero ahora las veremos con mucha más nitidez mientras se desnudan en la calidez de sus hogares», aclara el portavoz de la institución, Rodrigo Plasencia.
La mujer del Instituto de la Mujer ha criticado duramente la inversión alegando que «hay cosas más importantes a las que destinar recursos y este Observatorio no hace más que potenciar y subvencionar el voyeurismo. Mientras tanto, mi instituto se cae a pedazos».
Plasencia recuerda que «la observación de mujeres es una costumbre típicamente española. Aunque no sea exclusiva de nuestro país, constituye una seña de identidad gravemente amenazada por las posibilidades de Internet. Pero no es lo mismo el cibersexo que la observación mediante telescopio. La belleza y la técnica que entraña la observación de la mujer solo es posible en el marco incomparable de nuestras instalaciones ahora mejoradas». El portavoz no descarta «seguir innovando y permitir la entrada de mujeres en el Observatorio de la Mujer. Sabemos que a muchas les interesan nuestras actividades. Los tiempos han cambiado y queremos adaptarnos a ellos».
El menor al que defendía el defensor del menor entra en la adultez
Aparte de mejorar los recursos del Observatorio de la Mujer, el Gobierno de Mariano Rajoy está centrado en la búsqueda de un nuevo menor al que pueda defender el defensor del menor. El crío al que defendía hasta ahora cumplió dieciocho años el pasado mes de enero. «Durante este tiempo no le ha ocurrido nada grave, solo tuve que defenderle de incidentes puntuales en el colegio, cuando discutía con sus compañeros o se pelaba la rodilla al caer al suelo mientras jugaba. Ahora es todo un hombre y mi trabajo ha concluido», explicaba a los medios el defensor del menor. De no hallarse un sustituto para él, las autoridades podrían asignarle un pueblo.
