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Avergüenza a su familia al morir con la ropa interior sucia

En la autopsia se encontraron con el pastel

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Desde ese momento hasta esta mañana, cuando han enterrado a Javi, la familia ha vivido sumida en un dolor profundo, atormentada por el hecho de que el fallecido fuera atendido por un doctor sin llevar muda limpia. «No es que quiera minimizar el dolor que siente una madre al perder a un hijo. Pero llevaba la ropa interior sucia y un calcetín de cada color», explica Concha entre lágrimas. «Pero en fin, estoy muy triste también porque se haya muerto y no solo por el hecho de que el médico viera un palomino en sus gallumbos al hacerle la autopsia y pensara que era hijo de una cualquiera».

Los médicos que atendieron a Javi en los últimos minutos de su vida -murió al poco de llegar al hospital mientras trataba de evitar que le bajaran los pantalones para parar una hemorragia- han vivido de cerca la tragedia de esta familia. «Ves a familias completamente rotas y devastadas y sabes que en sus casas nunca nada volverá a ser igual. Cuando se les confirma que, efectivamente, las víctimas tenían la ropa interior sucia, los familiares pueden sentirse confusos, abatidos y preocupados. Muchas veces niegan la situación, pero lo importante es demostrarles que estamos de su lado, que no están solos», explica uno de los facultativos. «Javi era donante y sus órganos estaban en perfecto estado, pero en estos casos preferimos dar la oportunidad al receptor de rechazarlos y seguir en lista de espera para aspirar a otro donante óptimo».

Hace dos semanas, se dio un caso similar cuando una chica se partió el fémur y, mientras esperaba una ambulancia, optó por arrancarse las piernas a mordiscos porque no las llevaba depiladas. Cuando llegó el Samur, negó una y otra vez que las piernas fueran suyas y no permitió que los médicos las recogieran para reimplantárselas en el hospital. Prefirió seguir fingiendo que no tenían nada que ver con ella.

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