Un envase de un litro de zumo de naranja se ha precipitado al suelo de un supermercado cordobés hace unas horas liberando vitaminas a la atmósfera. Los testigos del accidente, inicialmente paralizados, no han tardado en abalanzarse sobre el líquido derramado para lamerlo e ingerir la máxima cantidad posible de vitamina C antes de que ésta se evaporara. «En unos segundos se han vuelto todos locos. Ha habido insultos, empujones y ataques de histeria», comentaba una de las cajeras.
Los responsables del establecimiento han avisado rápidamente a los bomberos, que han cortado la avenida Medina Azahara y han desalojado el local con la ayuda de la Policía, que ha tenido que emplear la fuerza. «Se ha sellado el Tetra Brick para detener la fuga y estamos intentando recuperar las vitaminas con la ayuda de cuatro helicópteros del Ejército», explica un bombero. A estas alturas se han detectado restos de ácido ascórbico en Fuente Palmera y, por la dirección del viento, se espera que la vitamina C llegue a Écija, donde la población mira al cielo expectante.
«He subido a mi niño a la azotea y le he dicho que saque la lengua y mire al cielo porque está en edad de crecer», declaraba ante las cámaras una ciudadana cordobesa. Las autoridades han desaconsejado esta práctica «en primer lugar porque la poca vitamina que ingieran no les pertenece y en segundo lugar porque pueden tragar otros elementos contaminantes también en suspensión», explica un agente de la Guardia Civil, que reconoce que «con la crisis la gente no desperdicia ni una sola oportunidad para beber gratis».
Aunque muchos aseguran que la fuga «es como lo del Prestige pero en bueno», los propietarios del supermercado tildan de «irreparable» el vertido y aseguran que «las cámaras de seguridad nos permitirán dar con el responsable de la caída del envase y se tomarán las medidas oportunas». Tampoco descartan «que haya que bajar el sueldo a los empleados para compensar el desastre sin que tengamos que cerrar».
