Si esta tendencia filológica revisionista fuera a más, la lengua inglesa podría librarse completamente de los términos de más de tres sílabas y, en general, de los que contienen más artificio que significado. «Quienes pretendan hablar con florituras para impresionar a los demás deberán hacer gestos afeminados con las manos. El idioma es una herramienta de comunicación. El que quiera ligar que se ponga colonia», insisten los expertos.
La Academia francesa ha negado que vaya a adoptar medidas similares «porque, de hacerlo, nuestros diccionarios quedarían reducidos a cuatro apuntes en un post-it». El dilema ya se planteó el año pasado cuando un equipo de lingüistas demostró que en una sociedad globalizada era posible comunicarse solamente con los términos «Arriba», «Abajo», «Al centro» y «P’adentro».
En España, la Real Academia ha decidido decantarse por una estrategia más integradora y, en vez de eliminar palabras extensas, incluirá otras más breves y populares como por ejemplo «Ozú», que se empleará como sinónimo de «¡Qué bello es vivir!».