«Ambos han compartido siempre el mismo ideario pero uno de ellos estaba todo el tiempo pensando en las chicas mientras que el otro no se despegaba del ordenador. Eran dos extremos aislados que tenían un potencial desperdiciado precisamente por la falta de un punto intermedio. Creo que ahora hemos conseguido al estadista modélico, al hombre del ‘seny’ y la ‘rauxa’, al catalán con el escritorio ordenado y las sábanas ardientes, no sé si me explico», declaraba un portavoz de CIU asegurando a los medios «que todo esto es completamente legal».
Algunos miembros del PSC han criticado la fusión lamentando que Mas «haya perdido la cabeza por culpa de la ambición creando un monstruo, una especie de Frankenstein democristiano que no podrá soportar la eterna contradicción de saberse un truhan y un señor pero también algo bohemio y soñador». Mas ha replicado que «no es la primera vez que se hace esto: ocurrió con Ortega y Gasset y hasta con Dolce y Gabbana».
El nuevo Josep Antoni Duran i Lleida, por su parte, se ha comprometido «a seguir sirviendo a la ciudadanía como hemos estado haciendo hasta ahora tanto Josep Duran como Antoni Lleida». El político admite que la fusión «entraña desafíos personales de gran calado» pero ha prometido ser pragmático. «Si me preguntan con cuál de las dos esposas me quedo, obviamente diré que con la más guapa. Nos ha jodido mayo», ha asegurado.