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Pregunta si le queda bien el vestido y recibe un informe de 100 páginas

NO SE DIGNÓ A LEER NI LAS CONCLUSIONES

Ayer por la noche, Ana Vilches debía acudir a una cena de gala junto a su marido Fernando pero llegó tarde y mal a la cita. Tras pasar cuatro horas encerrada en el baño maquillándose, la mujer se dispuso a elegir el mejor vestido para el convite y pidió ayuda a su esposo. Éste asistió pacientemente al proceso de selección, haciendo comentarios puntuales a los que Ana Vilches respondía diciendo «¿Tú crees?», «¿Quieres decir?» o «No tienes ni idea». Una hora más tarde, justo cuando el matrimonio debía salir de casa para no llegar tarde al evento, la mujer creyó haber encontrado al fin el vestido ideal. Sin embargo, volvió a preguntar a su esposo si creía que le quedaba bien. «Entonces Fernando se fue. Yo pensaba que había ido a sacar el coche para esperarme en doble fila, pero regresó con un dossier de 100 páginas que incluía gráficos de todo tipo e incluso apuntes sobre Historia de la Estética», declara Ana.

Fernando asegura que estaba «harto de decirle que le quedaba bien un vestido y ver que no sólo desconfiaba de mi opinión sino que además me acusaba de no tomarme en serio el tema, como si intentara quitarme de encima el marrón». Decidió, pues, agarrar el toro por los cuernos y abordar la respuesta a la pregunta de su esposa «con el rigor que pide cualquier investigación académica e intentando apoyar mi opinión con datos estadísticos y encuestas a pie de calle que no dieran lugar a equívocos o interpretaciones sesgadas».

El informe que le presentó Fernando a su mujer concluye que el vestido que ella había elegido era «adecuado al protocolo y en consonancia con el criterio estético del grupo humano asistente al acto para el que había sido escogido». A pesar de la consistencia del estudio, Ana Vilches se negó a leer el informe y acusa a Fernando «de intentar humillarme y dejarme en ridículo». También atribuye al tiempo empleado en la investigación el retraso con el que ambos llegaron a la cena.

Finalmente, Ana Vilches descartó el vestido analizado en el informe «porque me hacía bolsa» y recuperó la primera de las opciones que había estado barajando.