Dado el éxito de sus demandas, PETA y APEMA planean ahora dejar también fuera de circulación la novela homónima en la que se basa la película. «Es uno de los libros sobre temas raciales más leídos de Norteamérica y ganó un Pulitzer. Por lo tanto, su influencia en la gente es clara. A mí la defensa de las razas me parece perfecta, pero no a costa de matar animales. Yo defiendo a los negros igual que puedo defender a los ruiseñores, pero me parece mal que unos se apoyen en el asesinato de otros. Yo no creo que para defender a los negros haya que disparar contra pájaros y cosas así. No se trata de que dejen de disparar a los negros distrayéndose con ruiseñores. Que vayan a hablar con el que tiene el rifle y le presionen. Este no es mi problema. ¿Quién dispara? Ese es el tema. Ya me dirán por qué se las tienen que cargar los ruiseñores», argumenta la portavoz española de PETA.
Otra película que está en el punto de mira de las protectoras es «Tiburón», de Steven Spielberg, que da una imagen sesgada de los escualos según dichas organizaciones. «Ya sé que los tiburones no son inofensivos, pero hombre, tampoco es verdad que se pasen el día armando jaleo. No se podría ir a la playa si fuese así. La película transmite la idea de que donde hay tiburones hay asesinatos. Los demoniza. Y esa otra película del camión loco, también de Spielberg, cae en el mismo error. Los camiones no van por ahí persiguiendo a las personas. Transportan mercaderías, hacen un servicio. La automoción no es mi tema pero creo que esta película debería censurarse igualmente», declara Parmalat.