El asunto se destapó cuando el departamento de administración del zoológico recibió la factura del notario que asumió las gestiones de la constitución de la empresa. «Se nos mostró un documento firmado con las plantas de los pies de los seis monos. Lo hemos comprobado y coinciden. Ahora tenemos que decidir si pagamos la factura y si eso da derecho al zoo a entrar en la sociedad como socio capitalista», explica el portavoz.
En estos momentos, la actividad de los seis empresarios en el zoo consiste en recibir a otros monos araña y examinarlos en lo que parece ser un casting de empleados. «El notario acude por las tardes y se comunica con ellos con gestos. Parece que la cosa avanza. Da gusto verles tan motivados con lo difícil que está la situación en plena crisis», declara uno de los cuidadores. Al parecer, muchos creen que es el notario quien lo ha organizado todo y que los primates en realidad se dejan llevar por él. «No es tan raro que se dejen asesorar. Tienen escaso raciocinio pero saben delegar. Tontos no son», aclara el cuidador.
Esta mañana, junto al tradicional montón de heces de la jaula de los simios, ha aparecido un dispensador de agua.