Mariana decidió sacar participaciones de su estofado porque cocinó una cantidad excesiva de comida que no podía ser asumida por su familia. «Y cuando un proyecto financiero crece más de lo necesario provoca unos desequilibrios internos que pueden conducir a la quiebra y a que el estofado se estropee», explica. «Así que recurrí a la bolsa, que es como se hacen bien las cosas».
Plan de expansión.
Mariana Salinas ha destacado que la incorporación de socios al estofado permite reforzar el capital y recudar los fondos necesarios para financiar su plan de expansión (es decir, preparar la cena de Nochebuena, pues a ella acude toda la familia y suelen juntarse 30 personas a las que hay que dar bien de comer). Algunos analistas desconfían de una inversión que puede no ser factible a largo plazo, dado que un estofado de sepia se trata, sin duda, de un patrimonio perecedero. «Esta valoración es un error porque los estofados mejoran si se cocinan de un día para otro y van ganando sustancia. Y además yo el estofado puedo congelarlo y aguanta semanas; luego se lo pongo a mi Antonio para que se lo lleve en el Tupper».
A pesar de las dificultades que ha planteado el mercado y del entorno general de desconfianza provocado por la crisis, el plan financiero de Mariana puede acabar convenciendo a inversores internacionales. «Ello supone una importante muestra de confianza en nuestro ambicioso plan de crecimiento. Y, además, a los guiris les chifla todo lo que sea comida de cuchara», insiste Mariana.