«Mi pequeño, que se llama ‘Neumáticos Atomic-Pereira’ porque está patrocinado, ha ganado ya un montón de concursos de tuning para bebés. Sus abuelos están como locos enseñando fotos suyas y el chaval tiene hasta fans en Facebook y todo», comenta otro joven aficionado. Su criatura, a la que apenas se le ve el rostro oculto tras las pegatinas, tiene varios «subwoofers» instalados en las extremidades, por lo que cuando llora «se despierta hasta la tía Bernarda y se caga la perra», en palabras del padre. Éste asegura que le daba igual que su bebé fuera niña o coupé porque «lo importante es el amor y la competición subidón subidón».
La moda premamá también es permeable a esta nueva tendencia y ya son muchas las que lucen bombo con pintura metalizada y pegatinas de vinilo. «Yo me he puesto unas llamas. Me refiero a las llamas de fuego, no al mamífero. Representan la velocidad, como que mi embarazo va tan rápido que salen chispas y se incendia como un cohete» comenta Marta, de 26 años. El aspecto de su vientre recuerda al capó de un coche de carreras.