La Policía lamenta mucho el sufrimiento de Andrea Viñas pero, según indica el agente que atendió la llamada, «estamos atados de pies y de manos ante el egoísmo de las personas a no ser que su actitud las lleve a defraudar a Hacienda y eso nos dé una excusa para actuar». Viñas asegura sentirse «impotente y desprotegida» y cree que la suya es una problemática que afecta a diario a miles de ciudadanos sin que la ley esté preparada para afrontar tales situaciones.
El marido de Viñas no ha querido hacer declaraciones aunque, según fuentes cercanas, podría haber exclamado en un bar al que acude con frecuencia que su esposa «es una puta y eso sí lo prohíbe expresamente el ordenamiento legal».