Según Maurol, fue el mismo Míster Pippo’s quien se introdujo en la habitación mediante una llave invisible, «pero el muy tonto se la comió una vez dentro. Parecía estar acarreando una maleta muy pesada antes de entrar, pero imagino que alguien se la robó mientras él estaba atrapado… Es que la gente es muy pícara y muy mala».
A la llegada de la primera dotación de bomberos, Míster Pippo’s no sólo seguía encerrado en la habitación sino que ésta parecía haber encogido y el mimo apenas tenía sitio para estar de pie. «El pobre tenía que mantenerse de cuclillas y no dejaba de golpear el cristal y poner unas caras tristísimas que hacían que todo el mundo estallara en carcajadas», explica Pedro Maurol.
Las autoridades intentaron dialogar con Míster Pippo’s para que saliera por sí mismo de la habitación, pero éste cerró su boca con un candado invisible y tiró la llave. Finalmente, los bomberos fueron capaces de derribar la habitación en la que se encontraba encerrado Míster Pippo’s usando explosivos que adhirieron al suelo. El mimo se encuentra ahora hospitalizado.
«Al menos no ha muerto asfixiado ni aplastado», comenta Maurol, satisfecho con la rápida actuación de los bomberos, aunque lamenta que los turistas que presenciaron la escena se quedaran mirando «por puro morbo» sin intención de ayudar.
El Ayuntamiento de Barcelona emprenderá acciones legales contra Míster Pippo’s por conducta incívica y por construir viviendas en la vía pública sin cédula de habitabilidad.