El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha tenido que admitir irregularidades en el funcionamiento de la central nuclear de Ascó (Tarragona) después de que varios vecinos detectaran la presencia de «cosas chungas en los gallumbos». Sebastián ha explicado que la central «funciona cuando le da la puta gana y, cuando hace el tonto, no hay manera».
La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Carmen Martínez Ten, no ha tardado en pedir «un detallado informe de la situación» al ministro, que ha replicado que «lo que pasa es lo que ya he dicho: a veces funciona y a veces va como el culo y suenan alarmas todo el rato. Esto es así y no hay más cera que la que arde. Apunten esto que he dicho y ya tendrán el informe».
Debido a las presiones recibidas por parte del propio Gobierno, el ministro ha prometido que llamará a alguien para que eche un vistazo a los reactores. «Nos cobrarán el desplazamiento, luego dirán que es una pieza que tiene que venir de Alemania y cuando la pongan volverá a fallar. Yo llamo si se van a quedar tranquilos, pero hasta ahora hemos ido tirando dándole pataditas y aquí paz y después gloria», ha insistido Miguel Sebastián.
Los trabajadores de la central corroboran las informaciones del Gobierno y aseguran que «la cosa va tirando de momento», en palabras de uno de sus responsables, que promete haber examinado las instalaciones «con esos siete ojos que me ha dado Dios» sin hallar la causa del problema.
El ministro de Industria ha recomendado a los vecinos afectados por las supuestas irregularidades de la central nuclear «que beban mucha agua y que hagan todo el deporte que puedan».