Lo que indigna a los padres de Marina, votantes de izquierdas de toda la vida, no son las notas de su hija, sino que se comporte como el político español. «No queremos que se convierta en la típica persona que se reúne con presidentes americanos y que reza y esas cosas. Ya sabéis a qué tipo de gente me refiero», dice el padre. «Hay quien cree que es una cosa nuestra eso de que imita al Presidente, pero basta oírla hablar para comprobar que es así».
Marina, por su parte, se limita a volver a sacar el tema de las notas cuando se le pregunta por el tema y afirma que los temores de sus progenitores «carecen de fundamento», pues su «fortaleza como estudiante está fuera de cualquier duda». Pone como ejemplo las notas en Religión y Educación Física y el hecho de que el número de asignaturas que ha suspendido está «a sólo dos puntos de la media europea».
Los padres se preguntan dónde ha aprendido Marina a hablar como el Presidente y, a modo de precaución, dejarán de poner las noticias a la hora de la cena.