Los periodistas le hacían fotos a Zapatero mientras atendía a los clientes, la mayoría estudiantes con pocos recursos económicos. «Yo hace días que vengo y no me había percatado de que era él porque antes ponía acento moruno. Supongo que como ahora le han descubierto ya no se molesta en disimular», comenta un joven con chaqueta de cuero y cabello largo. «Si lo piensas, es justo poner a políticos españoles a trabajar en shawarmas porque también hay muchos bares de toda la vida que empiezan a ser regentados por chinos. No sé, esta multiculturalidad es bastante molona pero yo creo que habría que poner un poco de orden en esto porque si uno va a un chino espera encontrarse chinos, a un italiano, italianos… y si uno va a un kebab espera encontrarse quebaqueses o como se llamen estos señores morenos del Magreb».
Abdul, el actual jefe de Zapatero y dueño de «Kebab Amigo», cree que ha tocado techo en cuanto a sus aspiraciones. «Soy el jefe del presidente de España y eso es como ser el jefe de todos los españoles. Pese a todo, no tengo derecho a voto. Es paradójico y da que pensar», explicaba a los periodistas.