Ayer por la mañana se celebró una rueda de prensa en la que los médicos tenían que revelar los resultados de la autopsia y esclarecer las causas de la muerte de Goñi. Sin embargo, debido al escaso interés de los doctores, la autopsia en cuestión se quedó a medio hacer y el cuerpo permanece aún sobre una camilla de la morgue hasta que los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid pasen a recogerlo. Durante la comparecencia, y para salir del paso, los doctores dijeron que Goñi había muerto «de algo sin relevancia y de lo más normal que no merece la pena ni que apuntéis».
Con tal de cubrir la vacante de deja el último mono en la empresa en la que trabajaba -una anodina compañía de distribución de ventosas en la que tenía un cargo poco destacable- sus jefes están pensando en buscar un becario. «Para ocupar la plaza de último mono los becarios son lo mejor que hay, ellos son expertos en eso. La verdad es que Jaime Goñi dejaba mucho que desear hasta para eso, siempre estaba haciendo propuestas y tomando decisiones. Por suerte nadie las tenía en cuenta porque era un tipo sin autoridad», explica uno de sus superiores.
La Razón fue el único diario que valoró la posibilidad de incluir una esquela de Goñi en su edición de ayer. Sin embargo, al final se decidió suprimirla para poder publicar, en su lugar, un artículo al azar del BOE.