Demetrio Soto entró ayer en el baño de un bar de carretera cercano a Sant Just Desvern (Barcelona) y, al salir, advirtió a los responsables del establecimiento que había dejado el inodoro en una situación comprometida que desaconsejaba su uso «al menos hasta dentro de un tiempo, quizá para las Fiestas del Pilar». Incrédulo, Julio Pazos, encargado del bar, entró en el lavabo y definió lo que había visto como «una especie de Mordor». Esta mañana el baño ha sido declarado zona catastrófica por parte del Gobierno y Pazos se ha sometido a un tratamiento de estrés postraumático.
«Yo creo que todo esto habrá que quemarlo y luego empezar de cero. Demetrio es un cliente habitual, pero lo que me ha hecho no tiene justificación posible. No se puede ir por ahí soltando todo esto, yo tengo una familia. Es que llega a hacerlo en el lavabo de un avión y desencadena una tragedia. Espero que los terroristas no tomen ejemplo porque, con la de curry y cosas así fuertes que deben de tomar esos de Al Qaeda, podrían hacer mucho daño» explica el afectado, cuya advertencia ha sido tenida en cuenta por parte de las autoridades, que intensificarán los controles en los aeropuertos para evitar «bombas químicas naturales».
Julio Pazos ha asumido que deberá reconstruir parte del local y, de hecho, está planteando seriamente la posibilidad de dedicarse a otro negocio «en el que nadie pueda venir a cagarse».