La clase política al completo ha expresado esta mañana su más profundo pesar tras saberse que un pirómano había conseguido colarse anoche en el domicilio del ex presidente del Gobierno, Felipe González, para quemar todos sus bonsáis y provocar, en palabras de un portavoz de los bomberos, «un pequeño holocausto ecológico que ha consumido varias minihectáreas de arbolitos». El entorno de Felipe González asegura que el afectado se encuentra «abatido y desconcertado» ante lo que se ha llegado a denominar «atentado simbólico a pequeña escala».
Según la Guardia Civil, el enano pirómano consiguió colarse por una rendija y, equipado con un mechero de propaganda, provocó el incendio de uno de los bonsáis y consiguió que las llamas se extendieran al resto de ejemplares.
«Con sus más de cien bonsáis, Felipe González estaba haciendo lo que hubiera hecho con España si le hubieran dado más tiempo. Estaban todos limpios, ordenados, relucientes. Su proyecto de vida se ha reducido a cenizas. Ha sido como revivir la caída del imperio romano pero con bonsáis» explica José Luis Rodríguez Zapatero, que ha mandado a su compañero un nuevo árbol en miniatura y un pequeño extintor.
Se calcula que en España hay unos dos mil ejemplares de bonsáis y unos trescientos enanos pirómanos. «Teniendo en cuenta que el fuego se propaga rápido, la proporción juega en contra» ha explicado un portavoz de la Benemérita.