«Cuando el Consejo de Ministros se dio cuenta de que Zapatero estaba empezando a anotar sus cosas en un ‘telesketch’ se pensó que sería necesario comprar cientos de ellos, pero hemos visto que con uno tiene suficiente», explica. «A veces lo ves preocupado y como pensativo y de repente se le ilumina la cara y se pone a mover los botones del juguete como loco. Entonces todos creemos que se le ha ocurrido algo genial. Pero luego, a los cinco minutos, empieza a resoplar y lo sacude para borrar lo que había dibujado. Vuelve a quedarse serio y con esa expresión taciturna tan habitual en él desde hace meses».
Otros diputados cercanos al presidente han reconocido que el líder socialista está muy encaprichado con el «telesketch» pero creen que se le pasará «igual que dejó de consultar aquella estúpida Bola Ocho o perdió el hábito de buscar soluciones para la burbuja inmobiliaria en las cartas de la suerte del Monopoly».