Tras años de conjeturas e hipótesis sin contrastar, parece que mami ha podido saber de primera mano qué es exactamente lo que quiere el negro. «Hasta ahora sólo sabíamos que estaba rabioso, que quería pelear. La muchacha se acostaba tranquila, se arropaba de pies a cabeza, y venía el negro y la destapaba. Nadie hace eso a no ser que quiera algo» declara Calixto Ochoa, quien apelaba, en la célebre canción «El africano», a la intervención de mami para comprender las motivaciones del negro. El hecho de que ésta no arrojara luz al asunto llevó durante años a la opinión pública a pensar que el negro no quería nada bueno e incluso llegó a decirse que mami estaba implicada en el asunto.
«No ayudó para nada la actitud reservada del negro, que nunca ha entendido que si quiere algo lo mejor es que lo diga en vez de llamar la atención utilizando la fuerza. Su conducta motivó ciertos prejuicios racistas sobre el carácter violento de los negros y, en este sentido, puede decirse que ha estigmatizado al colectivo» explica Alberto Mahón, autor de «La cucaracha, los pajaritos y el porrompompero».
Finalmente, mami ha acabado con todas las especulaciones al asegurar que «ahora sé qué es lo que quiere el negro, vaya si lo sé. Llámale tonto, al negro. No me extraña que esté rabioso si eso es lo que quiere y nadie se lo da». Aunque no ha querido ser más explícita, asegura que el negro y ella despejarán todas las dudas «pero antes queremos decírselo a la muchacha para ver qué opina».
