Ni siquiera el personal más antiguo del centro había tenido una experiencia similar. Nadie sabía qué hacer, hasta que a una de las enfermeras más veteranas se le ocurrió servirle un cubalibre. Vicente, que es como se llama el recién nacido, pidió un cigarrillo y el periódico del día “para ver cómo va el Madrid”. El padre tuvo que ser atendido de una crisis de ansiedad, ya que al parecer es del Atleti.
Cuando Conchita despertó y pidió ver al bebé, un señor con traje se le acercó y le dijo “Hola, mamá”, y le dio un beso. Ella, emocionada, sólo acertó a decir: “Hueles a alcohol”.
Vicente pesó al nacer ochenta y tres kilos y calza un cuarenta y dos. Tanto el neonato como su madre se encuentran bien de salud y serán dados de alta en breve, según fuentes del hospital. El padre, sin embargo, seguirá en observación tras complicársele el cuadro con arritmias y un amago de angina de pecho.