«Ya saben que no es mi estilo hablar de mi vida privada, pero debo aceptar que mi dolencia ha empezado a condicionar mi actividad política», ha explicado el mandatario. George Iakovou, ministro de Exteriores de Chipre, ha revelado en una entrevista a The New York Times que «tuvimos que suspender muchas reuniones porque el Presidente estaba más pendiente de sus ingles que de otra cosa. En un momento crítico, llegó a pedir una botella de agua y la vació entera dentro de sus pantalones. Estamos hablando de un asunto de Estado. No son las ingles de cualquiera, son las ingles de quien rige nuestro futuro como nación». Las declaraciones de Iakovou han provocado un pequeño cisma interno puesto que Christofias, al parecer, no quería que se supiera cuál es la zona afectada por los extraños picores.
La oposición no ha tardado en sacar provecho de la trágica situación. El líder conservador Ioannis Kassoulides ha asegurado que «ya es hora de que el Presidente dé explicaciones y nos cuente dónde demonios han estado sus ingles, con qué o con quién las ha frotado para verse así. Luego, por supuesto, debe convocar elecciones».
«Cada vez huele más a beicon, esto es una locura sin freno».
Aunque Dimitris Christofias se niega a reconocer que los picores están focalizados en la zona inguinal, han trascendido a la prensa chipriota una serie de textos redactados por el propio Presidente en los que explica con pelos y señales sus vicisitudes. Según parece, los colgó en la red social Facebook pensando que sólo podrían leerlos sus amigos. «Si alguno de ellos se ha aprovechado de la confianza de nuestro Presidente para perjudicar la estabilidad del Gobierno, deberá responder ante las autoridades», ha amenazado el portavoz Kypros Chrysostomides. Luego se ha sabido que el perfil en Facebook de Christofias podía ser visto por sus amigos y también por los amigos de sus amigos, «cosa que complicará la investigación pero no la detendrá», ha añadido Chrysostomides.