Este es tu último artículo gratis este mes.Te queda un artículo gratis este mes.Te quedan unos pocos artículos gratis este mes. No renuncies a la Verdad, suscríbete
El ejecutivo japonés fotografiado por uno de sus empleados.Su caso muestra el drama de cientos de ejecutivos que, diariamente, confían todo su éxito profesional a su peinado engominado y reluciente. «Me gusta llevar el pelo engominado. Me da un aspecto aerodinámico. La gente cuando me mira piensa: ‘Ese tío es como una bala, esquiva los problemas. Es como una cucharacha: si le quitaras la cabeza podría seguir firmando acuerdos durante días’. Sí, mi peinado me define», dice el director general de una empresa alemana de telecomunicaciones.
Aunque ya ha saltado la voz de alarma y han sido retirados del mercado todos los botes de gomina del lote defectuoso, muchos ejecutivos ven que su vida laboral puede peligrar y optan por acudir a trabajar con redecillas de pelo evitando así desprendimientos de peinado.
Mario Conde, el engominado más ilustre de España, ha criticado que los ejecutivos de hoy en día no sepan reaccionar ante situaciones de crisis como la presente. «Cuando estuve en la cárcel tampoco tenía gomina y me vi obligado a utilizar alternativas. Tuve que recurrir a la vaselina. Producto que, por suerte, no escasea en la cárcel. Pero recibí palizas porque muchos presos consideraban un desperdicio que me la pusiera en la cabeza», explica por teléfono. «Yo me he puesto en el pelo cosas que nadie creería».
Disimulaba la calva dejándose unos pelos largos y peinándolos de lado.
Pedro Carnitas peinándose con saliva.No sólo los varones con generosas matas de pelo se han visto afectados. Pedro Carnitas, de cincuenta años, se quedó calvo a los cuarenta y dos. Desde entonces, ha dejado crecer un mechón de pelo a un lado de su cabeza. «Uso la gomina y la cera para pegarlo a la calva, haciéndola invisible. Es un proceso largo que me obliga a levantarme dos horas antes cada mañana. Ayer salí de casa como un pincel pero a las tres horas el mechón empezó a caerse», explica. Ahora, todos los empleados del supermercado del que es dueño y algunos de sus clientes conocen su secreto, por lo que Carnitas ha declinado utilizar saliva u otros sucedáneos para peinarse. «Ellos no lo sospechaban, hubiera podido seguir disimulando durante años», dice. Demandará a la marca por daños y, dado que se verá obligado a raparse toda la cabeza para asumir la calvicie con dignidad, pedirá que el fabricante corra con los gastos de la peluquería.
Apúntate a nuestro boletín semanal gratuito para recibir una selección de los titulares más significativos de la semana.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a analizar el tráfico y a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias deben estar habilitadas en todo momento para que podamos guardar sus preferencias de configuración de cookies.
Si desactiva esta cookie, no podremos guardar sus preferencias. Esto significa que cada vez que visite este sitio web deberá habilitar o deshabilitar las cookies nuevamente.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Habilite primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar sus preferencias!