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El 97% de los que se hurgan la nariz no encuentra nada relevante

SUELE PERSISTIR LA ILUSIÓN DE ENCONTRAR ALGO NUEVO

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Un estudio llevado a cabo por distintas universidades europeas ha logrado arrojar luz al hábito de hurgarse la nariz, cuya razón de ser formaba parte hasta ahora de los misterios inalcanzables por la ciencia. «Nadie goza metiendo la mano en el inodoro para palpar lo que acaba de soltar por el ano y, sin embargo, son muchos los que disfrutan con el tema de los mocos» explica el doctor Ricardo Moreno, de la Universidad Complutense de Madrid. Basándose en múltiples encuestas y entrevistas en profundidad, los investigadores han concluido que «cuando el ser humano se mete el dedo en la nariz está obedeciendo a sus instintos de cazador. Tiene la esperanza de hallar algo nuevo, una presa que le permita sobrevivir durante días con sus propios recursos o quizá dinero en efectivo» argumenta el doctor Moreno. Sin embargo, el estudio constata que el 97% de los que se hurgan la nariz no halla en ella nada que no esperara encontrar.

«Es como si el instinto animal nos obligara a pescar en un río sin agua. Igual que las religiones nos prometen la felicidad tras la muerte si seguimos determinados ritos, parece que la biología también nos impulsa a meter los dedos en determinados orificios como aguardando el Santo Grial» reflexiona Moreno.

Gregorio Domián, un joven gallego que participó en la investigación como voluntario, reconoce que «lo mío es dedicarme al tema en los semáforos, como casi todos. Si no sale nada, o si sale lo de siempre, pues lo pego en el volante o en el asiento del coche y ala, a seguir buscando que aquí no ha pasado nada». No parece importarle la posibilidad de que su tarea resulte siempre infructuosa. «Como decía Machado, se hace camino al andar», sostiene.

El departamento de psicología de la conducta de la Universidad de Verona ha elaborado una lista detallando lo que, en sus sueños, esperan encontrar los que gustan de hurgar en sus fosas nasales:

– Células madre.
– Un moco raro que pudiera venderse en eBay.
– Cocaína.
– Plancton.
– Aquellas bolas fosforito que salen en las explicaciones del Actimel.
– Un humo azul que en realidad sería mi Alma.
– El punto G.

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