Antonia Domínguez, almeriense de 53 años, ha sido puesta a disposición judicial después de que unas vecinas la denunciaran por injurias graves a la Patria y a la Corona tras verla tender en su balcón una bandera rojigualda completamente desteñida y bastante ajada. «Había perdido tanto color que al principio pensamos que era una bandera de otro país, lo cual ya nos ofendió, pero cuando vimos que era la española, vamos, es que yo casi me desmayo», dice una de las vecinas denunciantes. La mujer, que no ha querido hacer declaraciones, podría enfrentarse a penas de hasta un año de cárcel y ha intentado culpar a su detergente habitual.
«La bandera española se lava con Colón, que es con lo que se ha lavado toda la vida. De ahí que el ejemplar más grande del país esté en la plaza que lleva su nombre» ha aclarado a este diario un diputado del Partido Popular.
Los hijos de Antonia Domínguez han querido defenderla a toda costa, pues creen que la detención es totalmente injusta, y ya están recogiendo firmas pidiendo un indulto. «Para empezar, mi madre es muy monárquica, tiene todas las bodas reales grabadas en vídeo. Pero es que además yo creo en un país donde la gente tenga derecho a lavar la bandera nacional con lejía, ya sea como señal de protesta, ya sea para quitarle una mancha de chocolate», asegura la hija mayor de la acusada.
El marido de Antonia, sin embargo, cree que un año de cárcel es poco para su mujer, pues ésta lavó la enseña española con sus camisas y ahora todas han quedado de color rosado. «Voy a parecer gay» se limita a decir, «y eso sí que es poco español y poco de todo».