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Una manifestación de payasos termina con disturbios y risotadas

Su causa pasó desapercibida ante la alegría generalizada

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Un manifestante y, al fondo, mirones.
La manifestación empezó a las diez de la mañana en la Avenida Diagonal y debía acabar a las dos del mediodía delante del Parlament de Catalunya. Conforme el colectivo iba avanzando por la ciudad, cientos de niños empezaron a seguirles y muchos barceloneses y turistas se sentaron en sillas para ver pasar a la comitiva. La plataforma de bufones ha querido denunciar la actitud de los transeúntes que, «lejos de sumarse a la manifestación de unos trabajadores serios y honrados, han ido detrás riendo, aplaudiendo y poniendo caras, lo cual hubiera sido impensable en una manifestación de médicos o abogados». También ha calificado de «brutal e innecesaria» la actuación de la Policía.

Desde el Ayuntamiento se ha justificado la actuación de los agentes, pero son muchos los bufones que creen que las cargas de los Mossos d’Esquadra fueron desproporcionadas. «El comportamiento de algunos de mis colegas también ha sido altamente inadecuado. Me avergüenzan», dijo un payaso serio durante el alboroto. Posteriormente, dos compañeros de nariz roja lo agarraron por los pantalones bombachos y lo lanzaron a una piscina hinchable llena de agua.

Las peatones que se habían unido a la marcha vivieron la manifestación desde el gozo y la diversión. «Vino uno de los policías -uno de los de verdad, porque había otros payasos vestidos de policía pero se les reconocía porque llevaban una camisa que les llegaba a los pies y unos enormes zapatos- y empezó a pegar a un payaso que intentaba subirse a una farola, o comérsela, no sé. Cada vez que le daba con la porra el payaso hacía ‘uy’ y sonaba la bocina que llevaba en los pantalones. Es lo más divertido que he visto en mucho tiempo».

Al parecer, los payasos hicieron uso de todas sus armas para poner en jaque a los agentes antidisturbios, claramente desbordados. «Esto ha sido grotesco», explicaba otra de las personas que se unió a la comitiva. «Los polis intentaban pegar a los payasos pero éstos se agachaban y los agentes acababan pegándose entre sí sin querer. Espero que editen un DVD o algo».

El desarrollo de la manifestación fue el siguiente:

10:00. La manifestación parte desde la Avenida Diagonal en dirección al Parlament. Las consignas son «Tartazos sí, impuestos no» y «Patadas en el culo pero con seguro».

11:00. Tras sólo una hora de marcha, ya se les han unido doscientos niños que no dejan de aplaudir y pedir caramelos.

11:30. Los manifestantes llegan al Paseo de Gracia. Un grupo de turistas japoneses les hace fotos y les lanza monedas. Un payaso resbala con una piel de plátano por accidente y los japoneses lanzan más monedas.

13:00. Dos arlequines se declaran en huelga de hambre como señal de protesta. El portavoz de los dos no consigue hacerse entender por unos periodistas dado que habla con una trompetilla en la boca. La comitiva llega al Parc de la Ciutadella.

13:15. Consignas contra Montilla e imitaciones de mal gusto. Los payasos no dejan de preguntar a los policías «Cómo están ustedes».

13:20. Un payaso empieza a hinchar globos con forma de porra y a repartirlos entre los asistentes.

13:30. Un policía es cubierto de agua mediante la clásica broma de la flor en la solapa. Los agentes empiezan a golpear con sus porras. Los payasos se estiran de las corbatas y fingen ahogarse.

13:45. Los policías lanzan pelotas de goma. Los payasos hacen malabares. Uno de ellos es herido en el culo y cae de cabeza en una papelera.

14:15. Como señal de protesta por la actuación de la Policía, un grupo de mimos se encierra en una habitación invisible «por tiempo indefinido». La policía les obliga a salir usando gas lacrimógeno. Son reducidos con esposas invisibles y detenidos.

14:30. Los payasos se declaran tristes y se van a casa llorando desconsoladamente apoyándose unos en los hombros de los otros.

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