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Crecen las depresiones de caballo

SE ENCIERRAN EN SUS ESTABLOS SIN GANAS DE NADA

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Los equinos se vuelven introvertidos.
Mientras prensa y sociólogos se centran en analizar el aumento del consumo de ansiolíticos entre la población femenina (se dice que en 2009 ha aumentado un 22%), son pocos los que se paran a pensar en la otra cara de la moneda: la de los animales que se han quedado sin la medicación que les ayudaba a sobrellevar su amarga existencia. El pasado martes, durante la celebración de una carrera en el hipódromo de Madrid, los jockers tuvieron que bajar al suelo a consolar a sus caballos y llevarlos del arnés hasta la línea de meta mientras les susurraban palabras de ánimo o les contaban chistes. La carrera duró cinco horas.

Son un trago difícil.
“Admitámoslo, la vida de los caballos en el mundo moderno no es una fiesta” dice uno de los jockers. “Los que se dedican a las carreras están sometidos a muchísima presión. Si tienen una mala racha van directos al matadero y muchos van volviéndose taciturnos, no quieren salir del pesebre, pierden el apetito… creo que las personas que estén tomando antidepresivos deberían valorar lo que están haciendo y pensar en los animales un poquito. Que miren un programa de Los Morancos si están tristes pero que no fastidien a los animales”.

Dolores Parmalat, portavoz de PETA en España, ha querido denunciar la situación ante los medios. “No es la primera vez sucede algo así y si ahora ha salido a la palestra lo de los caballos es porque hay mucha gente perdiendo dinero con las apuestas. Sin embargo ya hace dos años que se agotaron los antidepresivos de elefante y apenas nadie se quejó”. Lo cierto es que la elefanta del Zoo de Berlín, famosa porque aprendió a pintar usando la trompa, ya hace un año que dejó de recibir las grandes pastillas de Prozac que tomaba para combatir su aislamiento social. “Está tomando las píldoras normales, dosis muy inferiores a las que un paquidermo necesita. Poco a poco se ha ido volviendo retraída. La miras a los ojos y sabes que está pensando en la muerte y en la sinrazón de la existencia. Se ha hecho piercings y tatuajes, no me preguntes cómo. Apareció así un día por la mañana” dice uno de los cuidadores del Zoo. Paradójicamente, sus pinturas están empezando a alcanzar cierto renombre en los círculos artísticos, pues «ha abandonado el facilón realismo descriptivista de su primera etapa para adentrarse en terrenos próximos al expresionismo figurativo», en palabras de un crítico de arte.

Su obra refleja su angustia interior.
Su obra y sus tatuajes reflejan su angustia interior.
Dolores Parmalat dice que desde PETA se ha pedido varias veces a las empresas farmacéuticas que a la hora de fabricar antidepresivos para mamíferos de gran tamaño consideren el formato supositorio. Creen que esta medida disuadiría a las personas que actualmente consumen dosis pensadas para animales, hecho que condena al hastío emocional a los animales que ya no pueden tomarlas.

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