“Los americanos, durante años, han comprado de todo gracias a la tarjeta de crédito. ¿Acaso no estuvo allí siempre que se la requería? ¿Acaso no eran ellos mismos quienes gastaban sin pensar utilizando, incluso violando, la tarjeta?” protesta Saunders. “Y ahora todo el mundo dice que la culpa la tienen ellas, que llaman a consumir y consumir. Es como alegar que se cometió un delito sexual porque la víctima iba bien vestida. Bajo mi punto de vista es muy injusto. Visa ha dado tanto, tanto y tanto… y ahora no se le reconoce nada de esto, ha estado llenando el hambriento buche de Occidente y ahora la culpan por la indigestión”.
Por todo ello, la renovación de la imagen de la compañía pasaba por un rediseño del logotipo. “Creemos que abandonando el paradigma alfabético, las letras, y poniendo cara al filantropismo y a la generosidad de Visa, la gente sabrá reconocer la enorme labor que la tarjeta ha llevado a cabo y dejarán de buscar cabezas de turco” insiste Joseph Saunders. «Yo es que es mirarla y ya me entran ganas de comprar un Audi sólo por verla sonreír. La economía recuperará el amor que perdió por sus excesos».