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Un niño de 12 años mete la cabeza en una jarra neolítica

SE LE SEPARARÁ LA CABEZA DEL TRONCO

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«Es un chaval muy activo y curioso, siempre está fisgoneando. Algo así tenía que pasar» ha declarado la madre de Ángel. «Estuvo tocando los jarrones todo el rato y mirando lo que había dentro. Al final quiso hacer como si la jarra fuese el casco de una moto, pero no se lo pudo quitar después. La ‘profe’ dijo que teníamos que sentirnos muy próximos a la cultura paralítica. Pues Ángel ahora está dentro» explica emocionado uno de los compañeros del niño que presenció el incidente.

Ayer el museo dio una rueda de prensa para explicar lo sucedido y varios expertos del Hospital San Joan de Déu de Barcelona detallaron el método quirúrgico por el cual se separará al niño de la jarra sin que haya que lamentar la rotura de la pieza. «Es arriesgado, no lo vamos a negar. El material es muy endeble y cualquier cálculo equivocado podría provocar una grieta que, con el tiempo, acabara rompiendo la jarra. Confiamos también en que Ángel no se va a mover y dejará que hagamos nuestro trabajo, ¿verdad Ángel?». «¡Aquí huele a pueblo!» gritó el niño desde el interior del recipiente primitivo, provocando las risas de los periodistas.

«Sabemos que la bromita puede costarle la vida», reconoce Gabriela, madre de la criatura. «Pero no es la primera vez que le avisamos. Estamos hartos ya de repetirle las cosas mil veces. Confiamos en que los médicos encontrarán pronto una cabeza para él y rezaremos para que sobreviva a la separación del tronco. Más no podemos hacer». El padre de Ángel no quiso hacer declaraciones durante la rueda de prensa y permaneció callado y con lágrimas en los ojos.

Ángel no podrá jugar al fútbol hasta que le operen.

«Una vez liberada la jarra del cuerpo del niño, procederemos a llenarla de un ácido especial que deshará completamente la cabeza de Ángel. Si las cosas se hacen bien no tiene por qué ocurrir nada malo. Lo que pasa es que no podemos esperar mucho a decidirnos. A esas edades los niños crecen rápido y la cabeza podría acabar rompiendo la cerámica. Que pegara el estirón justamente ahora sería dramático» ha afirmado Pilar Rodríguez, restauradora especializada en cerámica primitiva.

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