Al contrario que en otras ciudades, en Barcelona los taxis se agrupan en tendencias y especializaciones ideológicas. «Cuando ganó Obama estuvimos todo el día enviando servicios que querían preguntar un montón de cosas. Algunos ni siquiera le decían al taxista donde querían ir, les daba igual» dice la teleoperadora de una de las cooperativas especializadas en política internacional. «Lo que está claro es que no podemos seguir diciendo a la gente lo que haríamos si fuéramos gobernantes por la cara. Nuestra cosmovisión tiene mucha enjundia. Y eso hay que pagarlo», insiste Caro.
Muchos usuarios consideran que el suplemento es abusivo, no tanto por el precio del mismo, como por el hecho de que se cobra al finalizar la carrera y muchas veces sin haber informado previamente de las condiciones. «El tipo empezó a hablar de la crisis económica de los estados postcomunistas relacionándola con su carencia de referentes políticos tras la desaparición del muro» dice un cliente. «Yo le iba dando la razón pero sin escuchar demasiado. Al llegar a mi destino me cobró el suplemento de cinco euros. Si lo llego a saber le hago callar o le pregunto algo que me interesara de verdad».