«¿Cómo pela un plátano un leproso? Contagiándolo a besos». Este es uno de los más de cuarenta chistes escritos por la propia Madre Teresa de Calcuta en un bloc de notas que la congregación de las Misioneras de la Caridad, que fundó la beata en 1950, se resistía a difundir por miedo a perjudicar la imagen de su líder espiritual. Finalmente, se ha decidido desvelar su faceta humorística, que incluye una sorprendente inclinación por los chistes sobre Ghandi y la lepra.
«¿Sabes, querido Dios, por qué los leprosos son tan buenos practicando el deporte? Porque se dejan la piel en ello» escribió la Madre Teresa el mismo día en que se le otorgó el Nobel de la Paz. La crueldad de sus chascarrillos revela en ella una personalidad muy alejada de la beatitud que desprendía en sus apariciones públicas, pero al mismo tiempo «humaniza al personaje y demuestra que también ella necesitaba recurrir al escapismo y a la hilaridad para soportar la crueldad y la dureza de este mundo» en palabras de su biógrafo, Lush Gjergji.
El Vaticano no se ha pronunciado aún sobre el descubrimiento de la libreta, pero algunos estudiosos se atreven a relacionar el documento con las «Confesiones» de San Agustín puesto que también la Madre Teresa incluye monólogos relatados en primera persona y se dirige a Dios directamente en muchos de sus chistes: «A veces me pregunto, Señor, por qué permitiste que Ghandi y sus colegas se bañaran en el Ganges. Pero yo misma me respondo que a nadie le disgusta una buena sopa de fideos. Y ahora me despido, Señor, porque dejé a un leproso solito delante del ventilador».
