Los rumores se han ido extendiendo a lo largo de los últimos meses. «Era fácil ver a ese globo en todos los mítines, incluso creo que estuvo en el pasado congreso del partido. Rajoy alguna vez lo subió al estrado durante la campaña en Galicia para hacer aquellos ruiditos típicos que se hacen con los globos, y en aquella ocasión despertaron ovaciones. Allí muchos vimos que se estaba gestando la sucesión» explica la misma fuente, que no duda en afirmar que «Rajoy es al globito lo que Fraga es a Gallardón».
«Es cierto que cuando se sacan los globos en un acto de partido se suceden los aplausos y las ovaciones. El globo nos lleva al ascenso imparable, está henchido de orgullo, comunica esa ilusión de la infancia y no tiene aristas ni recovecos» explica Antoni Gutiérrez-Rubí, experto en imagen política. «Lo que pasa es que también está lleno de aire. Cuando le presionas un poco enseguida se escabulle, y si le pinchas estalla sin remedio. Hay que saber jugar muy bien con los extremos porque es un arma de doble filo. Pero eso pasa con todos los políticos», advierte el experto.
Más allá de críticas puntuales, la posibilidad de que el globo de Rajoy sea el nuevo líder de la oposición entusiasma a la mayoría de diputados populares. «Ahora mismo necesitamos un líder así, capaz de contentar a los diversos vectores del PP, que ofrezca estabilidad. Ahora mismo lo último que necesitamos son convicciones políticas fuertes. Hay mucho follón en el PP y lo del globo, aunque sabemos que es provisional, nos permite aplazar un poco más el debate sobre la sucesión. Y así Mariano podrá volver a Galicia y abrir un bar, como parece que desea» sentencia un veterano diputado. «Es la única manera de que todo siga como siempre y el partido se mantenga unido y cohesionado. Todos a una».