Las autoridades no descartan que Sheila pertenezca a una red criminal que reclute a huérfanas cariñosas para engañar a las madres incautas. Es por eso que recomiendan a la población que desconfíe de los niños solitarios, especialmente si lloran desconsolados en una esquina o están heridos y desamparados. «Si no pueden resistir la tentación, recomendamos a los ciudadanos que envuelvan al niño en una manta de esas de los años setenta, lo metan en el maletero del coche y lo depositen en la comisaría más cercana» advierte Refens.
Aparte de exigir precaución a los ciudadanos, el Gobierno controlará a todos los laboratorios que se dedican a la investigación con células madre para evitar que éstas se adquieran ilegalmente. «No se puede jugar con el cariño de la gente, aunque sea a nivel celular y aunque se aplique para curar enfermedades. Si encima se utiliza a niños, la cosa es de lo más perversa» insiste el agente policial.
Aunque no se han detectado huérfanos trampa fuera de los Estados Unidos, la Policía ha revelado que en España se detuvo hace dos meses a una señora de Rumanía que recorría el metro de Madrid con una nota en la que, literalmente, podía leerse: «siñuras y siñures pur favur necisito dineru y sélulas paramifamilia».