La imagen solemne del Che Guevara, reforzada por su enorme carisma pero también por la célebre fotografía tomada por Alberto Korda en 1960, se rompió ayer en mil pedazos al trascender el contenido de un vídeo en el que el famoso guerrillero demuestra su torpeza cayendo al suelo y dándose golpes contra árboles y muebles continuamente. Susana Osinaga, una boliviana que tuvo la oportunidad de conocerle, corrobora la impericia del Che: «el día en que me dijeron ‘el Che ha caído’ contesté: ‘dime algo que no sepa ya’. Luego me aclararon que lo habían matado. Fue triste».
Aunque en un principio se dudaba de que el protagonista fuera el verdadero Che Guevara, los primeros planos hablan por sí mismos y también son contundentes los testimonios como el de Susana Osinaga, quien llega incluso a aventurar que «la gorra esa de la estrellita que llevaba siempre le servía para ocultar los chichones. A veces hablaba como desorientado, decía cosas sin sentido porque estaba aturdido aún por alguno de los golpes que se daba en la cabeza». Se dice incluso que Fidel Castro, en sus tiempos mozos, intentaba caerse al suelo también para resultar igual de cercano y simpático que Guevara. «Cuando Castro se tropezó en aquel mitin que dio en 2004 lo primero que pensé fue que echaba de menos a su compadre».