«Al principio pensaba ‘buf, no hay acción, esto es como la primera peli que hicieron de Hulk, que parecía un protector de pantalla’. Pero qué va, luego vas descubriendo esos pequeños momentos, como la escena en la que el Dr. Manhattan, creo que era el Dr. Manhattan, se pierde en la niebla y se pregunta si está muerto o no. Te hace pensar, no sé. Ha sido muy intensa» comenta Felipe, que se declara fanático del cómic. «Watchmen será un clásico. No me emocionaba tanto desde el capítulo musical de Buffy Cazavampiros».
Curiosamente, el respetado crítico bilbaíno Francisco Pocero no parece tan convencido de la calidad de la cinta, tal y como ha dejado patente en su blog. «La película es de una bajeza infame. 150 millones de dólares han hecho falta para producirla. ¿Cuántos millones necesitaron los creadores de la nouvelle vague o del realismo italiano para emocionarnos de por vida? Lo que nos resultaba fluido, ácido, transgresor y convincente en esas películas de hace cuarenta años, en la película de Synder resulta fofo, previsible, pretencioso, un quiero y no puedo con afanes líricos sobre personajes forzados y espúreos. El tedio se apoderó de mí a los pocos minutos. Los espectadores, eso sí, vibraron de emoción» comenta en el blog que escribe para su diario. «Ojalá el público se despojara de sus prejuicios, olvidara las millonarias promociones de los blockbusters americanos y se atreviera a adentrarse en el maravilloso imaginario del cine europeo de los grandes directores como sí hemos hecho algunos. Aunque, a estas alturas y por culpa de despropósitos como esta película, dudo que fueran capaces de apreciarlo», apostilla.