«No hay decencia, en un partido normal y corriente esas patadas y esos empujones no se hubieran permitido. Mi marido está hundido», ha declarado la esposa de Jacques Grenadier. «Si se trata de ser puristas, tampoco está permitido jugar en silla de ruedas, y además en repetidas ocasiones él ha agarrado el balón con las manos y los dientes sin que el árbitro dijera nada» ha replicado el entrenador del Barça, Pep Guardiola, añadiendo que «hemos hecho un gran partido y hemos restaurado el honor del club, impartiendo una lección de humildad». Sin embargo, lejos de acallar las críticas, el equipo blaugrana ha conseguido que la asociación francesa de discapacitados «Orgueill Métalique» se haya levantado en pie de guerra, amenazando con arrojar sillas de ruedas al campo en el próximo encuentro que dispute el Barça en la Liga de Campeones. «Pues muy bien, se las devolveremos a cabezazos», ha dicho Andrés Iniesta.
El Barça se enfrenta con éxito a un señor
LA SILLA DE RUEDAS NO FAVORECIÓ AL PERDEDOR

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