Es de raza pomerania y su amo, dueño de una ferretería de Toledo, nunca sospechó que fuera un perro especial. «Normalmente está descansando en la tienda, y a veces murmura. Yo creía que eran sonidos perrunos, pero un cliente se fijó en que su entonación era como la de Dalí», declara. El descubridor en cuestión, Isidro Saéz, es un madrileño licenciado en Historia del Arte. «No tiene nada que ver con mi formación, cualquiera que haya escuchado a Dalí es capaz de reconocerlo», explica. Sáez pidió permiso para grabar al animal y, difundiendo sus murmullos, los expertos han llegado a oírle decir que «no podéis expulsarme porque Yo soy el Surrealismo».
– Seré un genio, y el mundo me admirará. Quizá seré despreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, porque estoy seguro de ello.
– Creo que soy mejor escritor que pintor.
– Tenéis los labios del farmacéutico de Figueres.
– El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura.
Siendo tan improbable la relación del animal con el artista catalán, los expertos reconocen que «no se puede descartar del todo que en las transcripciones haya cierta sugestión y que se escuche lo que en el fondo se espera escuchar».