Pese a que ha provocado cierto malestar en las filas populares, algunos analistas políticos creen que esta inclinación de Basagoiti hacia los poemas de amor cortés está justificada por la situación. El filólogo hispanista Francisco Rico, con el que este diario se ha puesto en contacto, parece confirmarlo: «este tipo de lírica medieval y renacentista era propia de la nobleza en la que solían darse amores prohibidos entre distintos linajes. Amores adúlteros y trágicos pero marcados por el destino en los que, en ocasiones, la dama no corresponde del todo al amor del caballero, que le promete una fidelidad ciega, casi religiosa», comenta Rico. «En el caso que nos ocupa, Patxi López se corresponde clarísimamente con la figura de la ‘donna angelicata’ típica del petrarquismo».
Algunos de los poemas de Basagoiti han recibido muy buenas críticas y algunas revistas se han mostrado interesadas en su publicación. Basagoiti es ajeno al ruido que está produciendo su actitud y parece estar consumido por la incertidumbre de la situación al escribir versos como «Paz no encuentro, temo y espero; ardiendo, estoy helado» que puede encontrarse en el exquisito soneto XVI, en el que también puede leerse un terceto que hiela la sangre: «llorando grito y el dolor transito / muerte y vida me dan igual desvelo; / por vos estoy, Patxi, en este estado».
El socialista, por su parte, no sólo parece encantado con la situación y se deja hacer, sino que desarrolla a la perfección su papel de objeto de seducción y deseo, aunque siempre sin mostrar sus inclinaciones respecto a Basagoiti. Es muy probable, sin embargo, que finalmente forme gobierno con el candidato popular. Dicha posibilidad, atendiendo a lo que opina Francisco Rico, no sería la mejor de las posibles: «una de las convenciones del género cortés es que el amor es siempre platónico y contemplativo. Si llega a consumarse supone la perdición para los amantes. Aunque eso siempre es motivo de nuevos poemas. La verdad, no estaría mal ver en la obra de Basagoiti un giro hacia la pesimista poesía del romanticismo».