Arnaldo Burgos, alicantino de ochenta y dos años de edad, tiene la movilidad reducida. Por eso decidió adquirir un caminador, y lo hizo a través de internet precisamente para no tener que desplazarse. El pasado lunes, recibió la visita de unos operarios que venían a instalárselo. «Ya me pareció raro que se tuviera que instalar un andador, pero como ahora todo lleva Windows les dejé pasar. Luego, cuando aparecieron con diez cajas enormes y encima diciéndome que dentro de la casa no se podía montar, pues ya sospeché». Y no andaba desencaminado. El anciano ha reclamado a la tienda online, que no quiere asumir la confusión. «De momento mi hijo ha decidido montarlo y yo me distraigo viendo cómo lo hace. Lo alquilaremos a paletas becarios para que vengan a hacer prácticas en el salón».