Tras manifestar hace unos días su profundo malestar por la situación que atraviesa su empresa y quejarse del escaso apoyo que está recibiendo por parte de su entorno, Arturo Lavega ha decidido plantarse. «Llevaba días diciendo que no aguantaba más y que pondría los cojones encima de la mesa. Muchos le animamos, de hecho. Pero claro, no pensamos que iba a poner los cojones encima de la mesa de forma literal», confiesa uno de sus colaboradores.
Lavega ha puesto los testículos encima de la mesa en la que se celebran los consejos de administración de la compañía y dice que no los retirará «hasta que se apruebe el plan de medidas que propuse hace dos meses». Aunque lleva ya trece horas en esta posición, no desfallece y el resto de empleados intenta seguir con sus asuntos.
«Son discusiones entre jefes y los currantes no podemos hacer nada. Esta mañana he rociado la mesa con el abrillantador y le he levantado un segundo los testículos para pasar el trapo por debajo. Intentamos que esto no nos afecte», explica una trabajadora del servicio de limpieza.
«Otra cosa no, pero un buen par de cojones sí tiene», explica la esposa de Arturo Lavega. «Es tozudo y persistente, por eso también es un buen empresario. Estoy convencida de que esta medida de presión es necesaria. Solo espero que no vuelva a hacerse daño» insiste la mujer, recordando el accidente de automóvil que sufrió Lavega hace dos meses cuando, al escuchar una barbaridad en la radio, se echó las manos a la cabeza dejando el volante del coche sin control. La mujer recuerda que el suceso «me tuvo con el corazón en un puño y no me desangré de milagro».
Aunque no descartan avisar a las autoridades para que los testículos de Lavega sean retirados de la mesa con o sin su consentimiento, los compañeros del empresario advierten de que «Arturo es en el fondo una persona frágil que ha sufrido mucho. Su padre estalló en una sonora carcajada cuando él tenía apenas seis años. Fue algo horrible y él lo vio en directo. Nos gustaría que todo esto acabara sin violencia porque si le acorralan es capaz de subirse por las paredes».
