El 90% de las personas que empezó una dieta paleo evoluciona favorablemente y ha aprendido a desarrollar tecnología, alcanzando los más inteligentes la Edad del Bronce, según han informado diversos nutricionistas. “Han hecho unos progresos extraordinarios y su cultura no ha parado de avanzar”, explica la dietista y antropóloga Martina Ruiz, que estudia varios grupos “paleo” desde hace años.
“Algunos han pasado de emular la dieta de los cazadores-recolectores a cultivar sus propias legumbres, aunque todavía son incapaces de comerciar porque no han desarrollado esos niveles de abstracción, aunque es cierto que muchos han descubierto las criptomonedas antes que las monedas”, explica Ruiz. Lo importante, según esta estudiosa, es “no importunar a estos colectivos para que alcancen las siguientes fases de desarrollo a su ritmo”.
“Fuego… y entonces… plas, plas, la carne está hecha. Más fácil de masticar. Menos mircobios. Menos problemas en la barriga”, dice Javiercho, una persona hipermusculada que lleva desde 2015 siguiendo una dieta paleolítica y ya ha descubierto por sí mismo el fuego (2017), las armas afiladas (2021) y el horno de fundición (2023).
Según la nutricionista, no todos los que han seguido una dieta paleolítica, basada en alimentos que en el pasado se podían encontrar mediante la caza y la recolección, han acabado bien. “Para muchos, lo que hay en la máquina de vending del gimnasio es estrictamente ‘recolección’… y claro, ha habido bajas”, explica.
La alta mortalidad de la dieta paleolítica también ha hecho que muchos de sus seguidores desarrollen ritos funerarios y entierren a los suyos con sus pertenencias, generalmente unas mancuernas y unos auriculares bluetooth.
La gente que hace crossfit ha descubierto la rueda, pero no para moverla, sino como herramienta para desplazar otras cosas más pesadas. “Están a un paso de descubrir las poleas y eso puede suponer un salto tecnológico gigante para ellos”, dice la dietista y antropóloga.
El 90% de las personas que dicen seguir una “alimentación intuitiva” también ha evolucionado y ha abandonado esa dieta por una “alimentación deductiva” tras deducir que tenían el colesterol por las nubes.