“Debían de llevar años preparándolo, ha sido un trabajo rápido y limpio”. Con estas palabras se refería la Policía Nacional al atraco que esta mañana una banda de óvulos ha llevado a cabo en un banco de semen de Cuenca, de donde se han llevado mil millones de espermatozoides.
Los agentes creen que, a estas alturas, los espermatozoides ya deben de estar fuera del país. “Mucha gente los transporta escondidos en los testículos y son muy difíciles de detectar”, aseguran. La banda de óvulos es muy sangrienta y no tiene reglas, por lo que la policía ya ha pedido a todos los directores de las sucursales de bancos de semen que intensifiquen las medidas de seguridad.
Se sospecha que, con este robo, la banda planea una reproducción a gran escala. “Estamos hablando de miles de vidas”, advierten los agentes, que en estos momentos trabajan a destajo para abortar los planes de los delincuentes. Los óvulos entraron con preservativos tapando sus cabezas para no ser reconocidos y obligaron a los banqueros a llenar unos sacos de semen, provocando el pánico entre los donantes que se encontraban allí en ese momento.
Atracar bancos no es lo único que hace esta banda de óvulos: muchos de ellos ya se encuentran entre los más buscados por la policía por provocar derramamientos de sangre a millones de mujeres.