Pedro Sánchez ha acelerado las negociaciones con Junts per Catalunya después de recibir esta semana el encargo de formar Gobierno por parte de Felipe VI. Esta mañana, fuentes socialistas confirmaban que la parte más compleja del acuerdo, referida a la amnistía de los políticos independentistas, ha empezado con muy buen pie: «Hay unidad respecto al nombre de la futura ley. Todas las partes queremos llamarla Ley Feijóo», señalaba el propio Sánchez sin ocultar su satisfacción.
El partido de Puigdemont considera que el nombre, propuesto por el PSOE, evidencia «que el objetivo de todas las partes es el mismo, y esa unión es una fortaleza». Aunque sigue habiendo serias dudas sobre el contenido de la ley, «ha quedado claro que lo que se pretende con ella está claro, y eso debería allanar el camino», confirman desde Junts.
Incluso Salvador Illa, interlocutor cuestionado por los independentistas, se ha ganado la confianza de todos cuando ha propuesto que la nueva Ley Feijóo tenga 155 artículos, «ni uno más, ni uno menos». Puigdemont, sorprendido, ha respondido diciendo «em trec la barretina» [«me quito la barretina»].
Ahora, los socialistas tienen por delante el objetivo más duro de la negociación: convencer a Junts de que una amnistía no necesariamente tiene que traducirse en el hecho de sacar a gente de la cárcel y conceder indultos.