Considerando que al final «tan respetables son unas opiniones como otras», un hombre se ha mostrado tranquilo con la posibilidad de que Vox llegue a las instituciones, asegurando que sus políticas, con las que no está de acuerdo, tampoco serían «para tanto», pese a que el partido ha instalado una lona publicitaria en la que se ve una mano con la pulsera de España tirando a la basura los logos del movimiento feminista, la Agenda 2030 y la bandera LGTBI. «Que sí, que no me gustan y yo no los votaría, pero vamos… que tampoco se acabará el mundo si de repente están en el gobierno», explica a los periodistas.
«Abascal no va a salir a la calle a acosar a nadie, como si esto fuera a ser una película de esas apocalípticas en la que se persigue a colectivos minoritarios», dice esta persona que no pertenece a ningún colectivo minoritario.
«Ni que estos [de Vox] fueran a denigrarnos, invisibilizarnos, deshumanizarnos y perseguirnos para, finalmente, y tras un proceso lento en el que fueran despojándonos de dignidad, eliminarnos del todo, jaja», dice este hombre español de 45 años.
«A tranquilizarse hombreeee, si al final los políticos son políticos y el día después de las elecciones hay que ir a trabajar igual, ni que fueran a perseguirnos por las calles, jaja», insiste.
Según han informado fuentes de 2038, esta persona acaba de ser arrojada a una cuneta tras ser «solucionada» siguiendo la Directriz 53 que impide considerar como ciudadano válido a cualquier persona que no lleve una pulsera con la banderita de España, exigiendo su aniquilación.