«Pensaba que, siendo un puticlub de esos, tendrían un surtido más amplio, pero sólo había una película. Yo me quedé dormida enseguida pero a mi marido le gustó muchísimo y ha insistido en ir personalmente a devolver el DVD», explica la mujer.
Fueron las vecinas de Jacinta quienes le hablaron de la apertura del nuevo establecimiento. Lo hicieron con la intención de que se sumara a una solicitud de cierre que está preparando una asociación vecinal. «Yo no sé si es que no les gusta el cine o qué, pero a mí me atendieron bien y creo que les pediré que me hagan el carné y todo», declara la mujer. Afirma también que estaría encantada si se abrieran más comercios de este tipo en su barrio, tan falto de cultura, y cree que el servicio se podría incluso mejorar «porque este puticlub tiene unas luces muy raras y las dependientas no tienen pinta de saber mucho de cine. Van muy destapadas y le hacen pensar a una que se dedican a qué sé yo».