Inés Fernández Tuesta, una madre de 52 años natural de Guadalajara, siempre le exige a su hijo que lleve encima dinero en efectivo por si lo atropellan mortalmente y los policías necesitan dinero. Cada vez que su hijo sale a la calle sin efectivo, la señora sufre y se pasa toda la noche preocupada pensando en los pobres agentes.
“Hay que pensar en los demás”, le repite Jacinta a su hijo adolescente que, debido al auge del pago con tarjeta, rara vez sale a la calle con monedas o billetes. A menudo, los agentes de policía tienen que pasar por el mal trago de acudir a escenas de accidentes o crímenes y, al registrar los cadáveres, no encontrar ni un poco de dinero que llevarse a la cartera. “¿Qué van a pensar de ti si vas con la cartera vacía?”, le pregunta la señora a su hijo.
“Al menos 20 euritos para que se puedan ir a tomar unas cervezas”, asegura mientras le entrega un billete a su hijo. “Aunque lo normal es llevar 50 euros para que los dos policías se puedan ir a cenar a un sitio decente”, declara la mujer ante la prensa. “Es una mínima propina por el favor que te hacen al ir a custodiar tu cadáver hasta que se lo lleven los servicios funerarios”, insiste.
Sobre llevar ropa interior limpia para no quedar mal, Jacinta siempre le ha dicho a su hijo que no es necesario preocuparse porque “al morirte se te relajan los esfínteres y te cagas, así que ir con calzoncillos limpios es una pérdida de tiempo”.
